Por: El Primer Ministro de Sint Maarten, Dr. Luc Mercelina
- Apertura
Distinguidos invitados, como ya se ha establecido, buenos días.
(Su Excelencia el Gobernador Baly, miembros del Parlamento, Ministros, distinguidos y honorables invitados, buenos días).
La verdadera pregunta que debemos hacernos hoy no es qué han hecho los últimos quince años en Sint Maarten, sino cómo nuestra larga y compleja historia ha moldeado estos últimos quince años de autonomía.
Hoy, analizamos no solo los 15 años transcurridos desde el 10-10-10, sino un período de aproximadamente 170 años de desarrollo turbulento e impactante de nuestro estatus constitucional; en realidad, solo cuatro generaciones de lucha, determinación y resiliencia. Para mí, esta es la historia de mi bisabuelo, mi abuelo, mi padre y yo, cada uno viviendo una etapa diferente del proceso constitucional de nuestra isla.
- Intervención y evolución constitucional
¿Cuáles fueron realmente las intervenciones y evoluciones constitucionales que tuvieron lugar?
Entre 1828 y 1845, la colonia de Sotavento de Curaçao, que incluía Aruba y Bonaire, y la colonia de Barlovento, que ya existía en Sint Maarten, Sint Eustatius y Saba, se fusionaron con Surinam en una sola colonia. Esta construcción formó parte de las posesiones holandesas en las Indias Occidentales (“der Nederlandse West-Indische bezettingen”).
En 1845, se produjo una nueva reestructuración: se disolvió la unión administrativa con Surinam y las seis islas se fusionaron en una sola colonia: la Colonia de Curaçao y sus Dependencias (Kolonie Curaçao en diens Onderhorigheden). Todas estas islas fueron gobernadas desde Willemstad, Curaçao. Pero puedo asegurarles que a Sint Maarten no le hizo gracia este cambio.
Luego llegó 1863, la abolición de la esclavitud, un punto de inflexión moral para nuestro pueblo.
En 1945, Indonesia declaró su independencia. Cuatro años después, en 1949, los Países Bajos la reconocieron, y lo que antes era el Reino Unido de los Países Bajos se convirtió en el Reino de los Países Bajos.
En 1948, durante la Conferencia de la Mesa Redonda entre los Países Bajos, Surinam y las seis islas, surgió una nueva visión constitucional. La revisión de la Constitución Neerlandesa de 1948 (grondwetsherziening) marcó el nacimiento del País de las Antillas Neerlandesas, compuesto por seis islas.
En 1951, se implementó el Reglamento Insular (ERNA). Cada isla obtuvo su propio Consejo Insular electo, con comisionados y un vicegobernador que actuaban como enlace con el gobierno central en Willemstad.
En 1954, se redactó la Carta (het Statuut), la norma de mayor rango del Reino.
Luego, en 1983, se debatió el futuro estatus constitucional de las Antillas Neerlandesas en la Conferencia de la Mesa Redonda de La Haya. El principal resultado fue la decisión de otorgar a Aruba un estatus independiente a partir del 1ro de enero de 1986. En 1986, Aruba obtuvo oficialmente su estatus independiente.
En 1994, se celebró el primer referéndum en las Islas de Barlovento. El resultado fue claro: el pueblo optó por continuar dentro del marco constitucional antillano vigente.
En 2000, se celebró un nuevo referéndum en Sint Maarten, y el resultado fue la obtención de un estatus propio.
Diez años después, el 10 de octubre de 2010, las Antillas Neerlandesas se disolvieron y Sint Maarten obtuvo el estatus de país. Pero no era un estatus de país pleno en el verdadero sentido de la palabra. Era y sigue siendo un estado constituyente en lugar de un país. Y esto se debe a que un país, por definición, es un territorio bien definido con plena independencia política.
Según esa definición, Sint Maarten no es un país, y esa es la realidad constitucional en la que vivimos hoy.
Todos los cambios desde 1845 han influido en la dinámica de las relaciones mutuas entre todos los actores del Reino, hasta la actualidad.
Después del 10-10-10, también cometimos algunos errores.
Por ejemplo, nos dejamos llevar por la idea de la independencia. Desde el mismo día en que obtuvimos el estatus de país, nos dejamos llevar por un viaje emocional, intentando constantemente demostrarle a nuestra Madre Patria que podíamos valernos por nosotros mismos.
Estábamos tan concentrados en demostrarnos a nosotros mismos que olvidamos algo esencial: construir alianzas constructivas y sostenibles con otros países caribeños fuera del Reino.
Es lamentable que la guerra arancelaria de Trump nos hiciera comprender que necesitábamos a otros países del Caribe fuera del Reino para sobrevivir.
¿Cuáles son las lecciones aprendidas (tras el proceso constitucional que hemos recorrido)?
- Primera lección: La independencia, si se busca de forma aislada, no funcionará. No podemos construir nuestro futuro solos, como lo hemos hecho en los últimos 15 años.
- Segunda lección: Debemos fortalecer la cooperación con otras islas del Caribe y organizaciones como la OECO y la CARICOM.
- Tercera lección: El 10-10-10 fue una decisión política irrevocable. Sin embargo, seguimos intentándolo, sin darnos cuenta de que no funciona. El término “Antillas Neerlandesas” ha desaparecido, pero hemos reintroducido el mismo concepto bajo el nombre de CAS. Para mí, CAS es una ilusión. Es hora de que Sint Maarten defina su propia relación con los Países Bajos, al igual que Aruba y Curaçao deben definir la suya.
- Cuarta lección: Debemos dejar de mirar solo a Aruba y Curaçao cuando los Países Bajos plantean preguntas a las llamadas islas CAS. Seguimos aferrados a esta creencia romántica basada únicamente en una historia compartida. En cambio, debemos mirar a nuestros vecinos más cercanos, como St. Maarten (Francia), Anguila, Saba, Statia, St. Kitts & Nevis, St. Barths y Montserrat, quienes enfrentan los mismos desafíos que nosotros en materia de salud, educación, cambio climático y control fronterizo.
- Quinta lección: Un presupuesto nacional equilibrado con un gasto de capital significativo es la única herramienta que puede justificar un estatus de país sostenible. Sin embargo, existe una contradicción entre el presupuesto que tenemos — que nos mantiene dependientes de los Países Bajos — y la ilusión de que contamos con un verdadero presupuesto nacional para impulsar a Sint Maarten hacia un verdadero estatus de país. No se pueden construir ministerios, ni una nación, sin un presupuesto adecuado.
- Sexta lección: No se puede construir un país sin una tesorería sólida y profesional.
Por no hablar de un sólido equipo humano. - Séptima lección: Tenemos una estructura constitucional costosa e inflada para solo 60,000 personas, lo que crea la ilusión de que somos un país. – Contamos con:
o Consejo Asesor
o Cámara General de Cuentas
o Defensor del Pueblo
o Consejo Socioeconómico
o Cámara de Integridad
o Tribunal Constitucional
o Consejo de Fuerzas del Orden, etc.
Llevamos la carga de una costosa “hidrocefalia”: una cabeza institucional descomunal para una comunidad muy pequeña. Esto la hace prácticamente inasequible financieramente para una comunidad pequeña.
- Perspectivas
Hablemos ahora de nuestras perspectivas: ¿qué nos depara el futuro?
La pregunta clave es: ¿Seguiremos siendo autónomos en un estado constituyente o algún día buscaremos obtener el estatus de país completo?
En mi opinión, Sint Maarten tiene por ahora muchas más posibilidades de sobrevivir como estado constituyente autónomo que persiguiendo la ilusión de un estatus de país.
Pero eso solo puede suceder si redefinimos el Reino en su totalidad; creo firmemente que es posible.
Para que esta redefinición funcione, se deben cumplir varias condiciones:
Primera: Debe cesar la promoción de la construcción del CAS dentro del Reino. Ese capítulo está cerrado. Debemos establecer relaciones directas e individuales entre los países de ultramar del Caribe y los Países Bajos.
Segunda perspectiva: Debemos poner fin a la Consulta de País (vier-Landen Overleg). Las Antillas Neerlandesas ya no existen; ahora tenemos cuatro países diferentes dentro del Reino. Es hora de que nuestras estructuras reflejen esa realidad.
Tercera perspectiva: El concepto de un Reino redefinido debe basarse en las diferencias, no en las similitudes.
Ejemplo: Nuestra fortaleza como Reino no reside en la uniformidad y la similitud, sino en la diversidad y las diferencias: en aceptar lo que nos hace únicos.
Cuarta perspectiva: La participación dentro del Reino debe transformarse en copropiedad (Base Militar/Facultades Universitarias).
Quinta perspectiva: Debemos descolonizar las líneas de comunicación como países individuales hacia los Países Bajos. Hoy en día, entre el Gobierno de Sint Maarten y el Gobierno de los Países Bajos, existen al menos seis niveles de comunicación controladores e ineficaces que debilitan nuestro diálogo y eficacia:
- El Gobernador
- El Ministro de BZK
- El Secretario de Estado de BZK
- La representación neerlandesa de la CAS en Willemstad
- La representación Neerlandesa en Philipsburg
- El Ministro Plenipotenciario
Si realmente deseamos fortalecer el Reino, debemos dialogar directamente como socios en igualdad de condiciones. Por ejemplo, mi interlocutor como Primer Ministro debería ser el Primer Ministro de los Países Bajos y no el Secretario de Estado.
Sexta perspectiva: La defensa, la sanidad y la educación deberían ser una responsabilidad compartida dentro del Reino, pero sin basarse en el principio de “Wie betaalt, bepaalt” (“quien paga, decide”). Séptima perspectiva: Todo acuerdo bilateral debe basarse en la igualdad y el respeto mutuo. Octava perspectiva: Debemos moderar la creencia de que Sint Maarten sufre inestabilidad democrática o política. ¿Por qué? Porque somos un país joven, con solo quince años. La inestabilidad es una etapa natural del crecimiento; es el primer paso hacia la estabilidad.
Consideren esto: Soy Primer Ministro de Sint Maarten desde el 3 de mayo de 2024.
En tan solo dieciocho meses, ya he trabajado con tres Secretarios de Estado diferentes: la Sra. Van Huffelen, el Sr. Szabó y el Sr. Van Marum, y pronto quizás con el cuarto. Así que les pregunto: ¿cuán inestable es realmente Sint Maarten en comparación con los propios Países Bajos?
Novena perspectiva: Debemos empezar a pensar seriamente en soluciones radicales para nuestro déficit democrático dentro del Consejo de Ministros del Reino. Para que la democracia tenga sentido para los cuatro países, la representación debe ser justa, directa y eficaz. Décima perspectiva: Propongo el establecimiento de una Plataforma de Diálogo Político del Reino, un mecanismo permanente donde los cuatro países puedan hablar como socios en igualdad de condiciones, no solo en tiempos de conflicto, sino como socios que forjan el futuro común del Reino. Undécima perspectiva: Hay seis pilares absolutamente esenciales para la supervivencia de un estado constituyente:
o Un aeropuerto
o Un puerto
o Telecomunicaciones
o Servicios públicos
o Hospital
o Un presupuesto sostenible
Ahora les pregunto: ¿son estos pilares lo suficientemente fuertes y estables para impulsar a Sint Maarten en este momento? La respuesta es NO, por lo que tendremos que fortalecerlos.
Doceava perspectiva: La construcción de la nación debe convertirse en nuestro objetivo nacional de desarrollo.
Debemos establecer:
o Una Academia de Policía
o Un Banco de Desarrollo
o Una Universidad Nacional Acreditada
o Una Biblioteca Nacional
o Un Museo Nacional
o Un Registro Nacional de Profesionales de la Salud (en lugar del registro BIG holandés)
También debemos explorar seriamente la dolarización para Sint Maarten. Si Saba, Statia y Bonaire, como entidades insulares más pequeñas, han adoptado con éxito el dólar estadounidense, entonces Sint Maarten debe poder hacerlo también. Decimotercera perspectiva (Finalmente): Debemos reemplazar el concepto de patriotismo por el de inclusión debido a la naturaleza multinacional de nuestra población.
- Logros
Al conmemorar quince años de autonomía, no solo reflexionemos sobre las lecciones aprendidas, sino también celebremos los logros que nos han traído hasta aquí.
Hemos construido instituciones que salvaguardan la justicia, la rendición de cuentas y la integridad:
Un Tribunal Constitucional, único en el Reino
Un Defensor del Pueblo
Un Consejo Asesor
Una Cámara General de Cuentas
Un Consejo Social y Económico
Cámara de Integridad
Consejo de Gobierno Corporativo
Consejo de Aplicación de la Ley
Consejo Electoral
Oficina Central de Votación
Juntas, estas instituciones reflejan no solo nuestra madurez democrática, sino también nuestro compromiso con una buena y mejor gobernanza.
También hemos construido nuestra infraestructura con valentía y determinación; Pensemos en nuestro aeropuerto, puerto, Puente Causeway, nuestro Hospital Nacional en construcción y nuestra planta de generadores en contenedores recientemente establecida en GEBE.
Hemos heredado una historia que no siempre ha sido nuestra, pero el futuro sí lo es.
El recorrido de 170 años nos recuerda que Sint Maarten siempre ha sido pequeño en tamaño, pero grande en espíritu.
Que Dios bendiga a Sint Maarten en la gran labor de construcción de la nación.
Gracias.
















