Kralendijk, Bonaire – En conmemoración del Día Internacional de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, la Organización de Derechos Humanos de Bonaire hace la siguiente declaración:
Les escribimos para expresar nuestra profunda preocupación por las recientes actividades de Greenpeace en Bonaire, en particular en lo que respecta a su ataque a nuestra población local vulnerable. Greenpeace lleva operando en Bonaire tan solo unos pocos años, lo que plantea serias dudas sobre sus intenciones y métodos. Una demanda contra el gobierno holandés El 25 de septiembre de 2024, el Tribunal de La Haya permitió a Greenpeace representar el interés general de Bonaire en esta demanda. Si bien apoyamos la acción climática, es preocupante que Greenpeace afirme representar a Bonaire sin un compromiso genuino con su gente o con los expertos locales y las organizaciones pertinentes.
En primer lugar, el enfoque de Greenpeace parece ser engañoso y explotador. En lugar de trabajar con organizaciones ambientales ya establecidas en Bonaire, están utilizando a un puñado de ciudadanos locales vulnerables. Bonaire cuenta con más de 10 organizaciones ambientales, muchas de las cuales han trabajado diligentemente para proteger y preservar nuestro preciado ecosistema durante décadas. Estas organizaciones, como Reef Renewal Foundation Bonaire, STINAPA, Sea Turtle Conservation Bonaire, Clean Coast Bonaire, Dutch Caribbean Nature Alliance, Internos, Bonaire National Marine Park, ReefBase Bonaire, Bonaire Eco Tourist, Bonaire Marine Environmental Protection and Education Foundation, Bonaire Mangrove Restoration, etc., utilizan su experiencia para abordar los desafíos ecológicos únicos de Bonaire. Sin embargo, parece que las tácticas de Greenpeace, centradas en campañas de propaganda mundial para captar la atención, no logran involucrar a estas organizaciones, ignorando el importante trabajo que ya se está realizando.
Es preocupante presenciar la explotación de nuestra situación vulnerable por parte de entidades externas, en particular el director de Greenpeace Nederland, Andy Palmen, quien ha estado difundiendo información inexacta sobre el estatus constitucional de Bonaire. Para aclarar, Bonaire no es una “provincia especial” de Holanda. Bonaire fue incluida ilegalmente en la constitución holandesa como “entidad pública territorial”. Greenpeace debe analizar más profundamente la marginación sistémica, las disparidades socioeconómicas y la falta de representación que sufren los habitantes de Bonaire bajo el gobierno holandés.
Esta desinformación no solo engaña al público internacional, sino que también exacerba las luchas existentes que enfrenta la población nativa de la isla. Durante la última década, Bonaire ha enfrentado cambios demográficos significativos y desafíos a nuestra estructura cultural y social. La apertura de las fronteras de Bonaire en 2010 ha resultado en una rápida disminución de la población nativa, y los residentes locales ahora representan menos del 32% de la población total. Además, las acciones de Greenpeace parecen ignorar la soberanía y la autonomía de Bonaire y su gente. Además, la incorporación de Bonaire a la constitución holandesa sin el consentimiento de la gente de la isla nos ha marginado de manera efectiva, convirtiéndonos en ciudadanos de segunda clase en nuestra propia patria.
A pesar de estar sujetos al gobierno holandés, carecemos de representación y autonomía adecuadas en los procesos de toma de decisiones que afectan directamente nuestras vidas. Además, la falta de rendición de cuentas en la recaudación y asignación de nuestro dinero de los impuestos exacerba aún más las disparidades socioeconómicas que enfrenta nuestra comunidad.
La difusión de información incorrecta por parte de Greenpeace no solo distrae de los problemas urgentes en cuestión, sino que también perpetúa una narrativa que socava las luchas y aspiraciones de la gente de Bonaire. Exigimos rendición de cuentas y transparencia a Greenpeace, y le instamos a abstenerse de seguir difundiendo información errónea sobre nuestro estatus constitucional y los desafíos que enfrenta nuestra comunidad.
Es inaceptable que una organización explote a las poblaciones locales para su propia agenda, especialmente cuando hay canales y organizaciones establecidos que ya trabajan en pro de la conservación del medio ambiente.
También hacemos un llamamiento a los dirigentes de Bonaire para que exijan rendición de cuentas y transparencia a Greenpeace en sus operaciones en la isla. Los desafíos ambientales y de derechos humanos de Bonaire requieren colaboración, no explotación ni división.