Kralendijk, Bonaire – Con motivo del trigésimo aniversario de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, Davika Bissessar Shaw, presidenta de la Organización de Derechos Humanos de Bonaire, participó con orgullo y presentó una declaración en la Audiencia Interactiva Multisectorial, celebrada recientemente en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York.
La Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, adoptada en la Conferencia Mundial sobre la Mujer de 1995 por 189 países, constituye un compromiso mundial histórico con la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas. Describe un marco estratégico en 12 áreas clave —como educación, salud, violencia y participación política— e insta a los gobiernos y a la sociedad civil a tomar medidas concretas para eliminar la discriminación y garantizar la igualdad de derechos y oportunidades.
Davika Bissessar Shaw presentó la siguiente declaración en nombre del pueblo de Bonaire sobre las urgentes realidades de los niños y jóvenes que viven bajo condiciones coloniales persistentes, y destacó su Programa de Derechos Humanos para Jóvenes y Niños, una iniciativa audaz, impulsada por la comunidad, destinada a fomentar la dignidad, la igualdad y la participación cívica de la próxima generación.
Declaración:
Bonaire es una pequeña isla caribeña que sigue enfrentando serios desafíos bajo un marco colonial. Sin embargo, a pesar de estos obstáculos, trabajamos arduamente para construir un futuro donde nuestros niños y jóvenes crezcan con dignidad, igualdad y el conocimiento de sus derechos.
Nuestro Programa de Derechos Humanos para Jóvenes y Niños está dedicado a la educación y el empoderamiento. A partir del próximo año escolar y hasta 2030, lanzaremos una serie de iniciativas centradas en los jóvenes, mediante la divulgación comunitaria y la participación a través de la sociedad civil, organizaciones, iglesias y otras plataformas locales. El objetivo es educar a la próxima generación sobre los principios fundamentales de los derechos humanos, la igualdad y la participación cívica. Creemos firmemente que la educación es la base de un cambio duradero y significativo.
También estamos capacitando a docentes para difundir los valores de los derechos humanos en toda la comunidad. Esto significa preparar a los educadores para ayudar a los estudiantes a pensar críticamente, comprender la justicia y respetar la diversidad, para que puedan convertirse en líderes que impulsen sus comunidades.
Sin embargo, lo hacemos mientras enfrentamos profundas desigualdades estructurales. Por ejemplo, en la única escuela secundaria de la isla, a nuestros niños se les niega el derecho a recibir educación en su lengua materna, el papiamento. El sistema educativo, controlado por los holandeses, no refleja nuestra identidad ni nuestro contexto cultural, y esta exclusión socava el desarrollo y los derechos humanos de nuestros niños.
Por eso, seguimos alzando la voz a nivel internacional, no solo por Bonaire, sino también por otras comunidades colonizadas y marginadas del Caribe. Como miembro de la Comisión de Reparaciones de CARICOM y organización acreditada por la ONU, estamos forjando alianzas con aliados regionales e internacionales para impulsar la justicia, la descolonización y el empoderamiento de la juventud.
Hacemos un llamado a la comunidad global para que reconozca que la descolonización y la justicia de género están profundamente conectadas. Sin el derecho a la autodeterminación, los derechos de nuestros niños, especialmente los de las niñas, siempre estarán en riesgo.
La Organización de Derechos Humanos de Bonaire se compromete a tomar medidas audaces para educar, empoderar y proteger a sus jóvenes, pero no podemos hacerlo solos. Hacemos un llamado a la solidaridad mundial para garantizar que ningún niño ni ninguna comunidad quede excluido.
















