Kralendijk, Bonaire – La Organización de Derechos Humanos de Bonaire (BHRO) ha presentado formalmente una denuncia ante el Comité de Derechos Humanos de Educación (HRC-Educación) y el Comité de Derechos Humanos para la Eliminación de la Discriminación Racial (HRC-CERD), dirigida al Ministerio de Educación neerlandés. La denuncia destaca las continuas violaciones de los derechos de los niños y la discriminación educativa sistémica en la única escuela secundaria de Bonaire, Scholengemeenschap Bonaire, específicamente en la unidad Liseo Boneriano.
La denuncia identifica varios problemas clave, incluida la marginación de los niños indígenas. El marco educativo actual socava los derechos de los estudiantes consagrados en el Artículo 73 de la Carta de las Naciones Unidas, les niega la igualdad de oportunidades y viola las normas internacionales de derechos humanos. La comunidad está presenciando la negación de los derechos fundamentales de los niños bonianos a la dignidad, la igualdad y la expresión cultural en la educación desde la disolución de las Antillas Neerlandesas en 2010. (10-10-10)
Una preocupación importante es la reversión del papiamento como lengua materna al neerlandés en la educación, lo que discrimina a los niños locales. Al ser evaluados por su capacidad para comprender una lengua extranjera, en lugar de su capacidad intelectual, a menudo se les asigna a niveles educativos inferiores, lo que refuerza las desigualdades sistémicas. Tras las reformas 10-10-10, los docentes hablantes de papiamento fueron reemplazados en su mayoría por docentes neerlandeses que no pueden comunicarse en papiamento. Esto margina a los estudiantes locales, quienes tienen dificultades para comprender las lecciones y son evaluados erróneamente en función de sus habilidades lingüísticas, no de su potencial académico. “Esto viola la Recomendación de la UNESCO relativa a la Situación del Personal Docente (1966)”, que establece que la educación debe impartirse en la lengua materna del niño por docentes locales.
Otro problema son las críticas que sufren los niños locales por parte de profesores neerlandeses debido a su acento al hablar neerlandés. Esta discriminación genera estigmatización, mermando la moral de los niños y fomentando un complejo de inferioridad. En lugar de reconocer sus capacidades intelectuales, su comprensión y dominio de lenguas extranjeras impuestas se utiliza como norma de deficiencia, lo que les genera daño psicológico y los aleja aún más del sistema educativo. Esto no solo afecta el rendimiento académico de los estudiantes, sino también su autoestima e identidad cultural.
La exclusión de los padres de decisiones educativas clave viola sus derechos en virtud de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño (CDN). Los padres deberían desempeñar un papel importante, pero el sistema actual los margina, erosionando la confianza y socavando la colaboración con los educadores y el sistema escolar.
Otro problema crítico es el temor de los profesores a denunciar la discriminación sistémica que presencian, por temor a represalias de las autoridades escolares, lo que perpetúa aún más el statu quo.
El entorno educativo actual en Bonaire contribuye a una alta tasa de deserción escolar y desempeña un papel importante en el aumento de la deserción escolar juvenil. Violencia, angustia estudiantil e incluso delitos, incluyendo homicidios y suicidios recientes. ¿Es casualidad que, hace dos décadas, los holandeses priorizaran la construcción de la segunda cárcel más grande per cápita en Bonaire, posiblemente anticipando las fallas del sistema educativo actual? Esta situación urgente y grave exige una reforma inmediata para evitar mayores daños a la salud mental y el bienestar de los niños.
La queja y la petición instan al Ministro Bruins y al gobierno neerlandés a tomar medidas inmediatas en los siguientes puntos: 1- Revisar y restablecer el papiamento como lengua materna de instrucción en todo el sistema educativo, de conformidad con los principios internacionales de derechos humanos, y a preservar la identidad cultural. 2- Implementar políticas antidiscriminatorias para garantizar que todos los estudiantes, independientemente de su origen cultural o lingüístico, reciban un trato igualitario. 3- Proteger y empoderar a los docentes para que defiendan a los estudiantes sin temor a represalias. 4- Devolver la gobernanza local de la educación a la población de Bonaire para garantizar que el sistema educativo refleje los valores, el idioma y la cultura de la comunidad local.
La queja de la BHRO cuenta con el apoyo de la comunidad e incluye una petición en curso firmada por padres y madres locales preocupados.
La BHRO se compromete a luchar hasta que se restablezca la igualdad y la protección de los derechos de los niños de Bonaire, amparados por el Artículo 73 de la Carta de las Naciones Unidas, que enfatiza la responsabilidad de promover el bienestar y el progreso educativo de los habitantes, respetando su cultura y protegiéndolos del abuso, garantizando que los habitantes de Bonaire no sean tratados como una minoría ni como ciudadanos de segunda clase. Es hora de un sistema educativo que cumpla con el derecho internacional y los tratados de derechos humanos, que valore y respete el idioma, la cultura y el potencial de los niños de Bonaire.
Davika Bissessar Shaw – Presidenta de la Fundación de la Organización de Derechos Humanos de Bonaire
James Finies – Fundador de la Fundación de la Organización de Derechos Humanos de Bonaire
Testigo – Con el apoyo de: Joseline Thielman – Miembro Muhernan Fuerte – Sección Femenina de la Universidad Pueblo Progresivo
Phenice Frans Piar – Miembro Muhernan Fuerte – Sección Femenina de la Universidad Pueblo Progresivo
















