Sirve a los intereses holandeses, no a los del pueblo
Kralendijk, Bonaire – El enviado especial holandés Edison Rijna, exgobernador de Bonaire, será enviado por el gobierno holandés a la Cumbre Global de Islas Sostenibles (GSIS) en mayo de 2025 en St. Kitts and Nevis. Considerado un defensor de una mayor financiación para el Foro de Jurisdicciones Insulares Subnacionales (SNIJ), la verdadera función de Rijna es promover los intereses estratégicos holandeses. Su presencia corre el riesgo de engañar a los socios de CARICOM, ya que representa al estado colonial, no las voces ni las necesidades de la población de los territorios insulares no soberanos.
Es crucial aclarar las acciones del supuesto enviado especial holandés en su interacción con CARICOM y St. Kitts and Nevis. Si bien se presenta como representante de Bonaire, en realidad sirve a los intereses holandeses, no a los del pueblo bonaireño. Trabaja en nombre de los Países Bajos, no refleja las luchas ni las voces de la población local. La narrativa que se está difundiendo es engañosa y fraudulenta. El enviado intenta obtener financiación con el pretexto de representar la vulnerabilidad y los desafíos climáticos de Bonaire, pero estas afirmaciones son fundamentalmente falsas. Bonaire no se encuentra en la zona de huracanes, y nuestra isla no sufre grandes desastres naturales como muchas otras naciones caribeñas. Si bien el cambio climático es una preocupación mundial, no es el problema acuciante que actualmente afecta a nuestra gente.
La verdadera crisis en Bonaire no es ambiental, sino de derechos humanos. El gobierno holandés impone altos impuestos y los recauda sin rendir cuentas a la población. Nuestras escuelas están despojadas de su identidad cultural, obligando a los niños nativos a ingresar a un sistema que ignora y borra su idioma y sus derechos. La migración sin restricciones desde los Países Bajos europeos está provocando la superpoblación en Bonaire, sobrecargando la infraestructura, los recursos y el marco social de la isla: un ejemplo innegable de la explotación colonial moderna.
La atención médica en Bonaire ya no está al servicio de nuestra gente; se está utilizando como una herramienta del control colonial holandés. La imposición forzosa de leyes europeas neerlandesas como la eutanasia viola nuestros valores morales y culturales, dejando a las familias traumatizadas y a los ancianos con miedo de buscar atención médica. Desde su entrada en vigor, la tasa de mortalidad se ha duplicado y nuestra población nativa se ha desplomado del 80 % en 2010 a tan solo aproximadamente el 30 % en la actualidad. Esto no es casualidad; refleja una política deliberada de desplazamiento y borrado cultural.
Es engañoso y perjudicial que este enviado presente una narrativa falsa al Caribe, desviando la atención de las verdaderas luchas de Bonaire y reforzando el dominio colonial neerlandés. Instamos a los líderes de CARICOM y al gobierno de St. Kitts and Nevis a que distingan entre un enviado neerlandés que defiende sus intereses y la verdadera voz del pueblo de Bonaire, que lucha por su supervivencia, sus derechos y su autodeterminación.