La salud mental vive en nuestros hogares, nuestras comunidades y en los momentos de tranquilidad que todos afrontamos.
PHILIPSBURG, St. Maarten – A lo largo de los años, nuestra resiliencia se ha puesto a prueba. La devastación del huracán Irma y los desafíos de la pandemia de COVID-19 dejaron impactos duraderos, no solo en nuestra economía e infraestructura, sino también en nuestros corazones y mentes.
Pero más allá de estos grandes acontecimientos, muchos de nosotros seguimos enfrentando dificultades diarias. La presión de llegar a fin de mes, la lucha por llevar comida a la mesa, el peso de intentar brindar un futuro mejor a nuestros hijos: todo esto tiene un costo.
Y para nuestros padres solteros, muchos de los cuales llevan estas cargas solos, la tensión emocional y mental puede ser abrumadora. Los vemos. Los escuchamos. Y estamos trabajando para construir un sistema que los apoye, no solo en crisis, sino todos los días.
Como Ministro de Salud Pública, he dado a la salud mental una prioridad en la agenda del Ministerio. Nuestro objetivo es claro: hacer que la atención de salud mental sea más accesible, reducir el estigma y crear una cultura donde buscar ayuda se considere una señal de fortaleza, no de debilidad.
Tómate un momento para ti. Habla con un amigo. Sé amable, contigo mismo y con los demás. Nuestra fortaleza como país reside en cómo nos cuidamos unos a otros.
















