PHILIPSBURG, Sint Maarten – El panorama empresarial ha experimentado transformaciones significativas en los últimos 40 años, en particular en el Caribe holandés. El analista de riesgos certificado Terence Jandroep, ex auditor de las empresas predecesoras de la firma de auditoría reconocida mundialmente Ernst & Young, ha realizado un estudio en profundidad que analiza el desplazamiento del mercado y los cambios en los patrones de comportamiento de los dueños de empresas. Este estudio proporciona una descripción general comparativa de las preocupaciones empresariales en 1985 frente a las de 2025 y destaca el papel cambiante de los profesionales financieros en la gestión del rendimiento y el riesgo corporativos.
Preocupaciones empresariales en 1985
En 1985, los contadores y auditores se enfrentaban con frecuencia a tres preguntas constantes de los dueños de empresas:
¿Cuánto dinero gané? ¿Cuántos impuestos debo pagar? ¿Dónde está la supuesta ganancia si no se refleja en mi cuenta bancaria?
En ese momento, las empresas se centraban principalmente en comprender sus resultados financieros al final de un período fiscal. La contabilidad y la auditoría eran en gran medida procesos retrospectivos que aportaban claridad sobre el desempeño financiero y las obligaciones fiscales. Muchos dueños de empresas tenían dificultades para aceptar el concepto de que las ganancias no se traducían directamente en efectivo disponible, ya que las prácticas de gestión financiera solían ser rudimentarias y hacían poco hincapié en la previsión o la mitigación de riesgos.
El cambio en las preocupaciones empresariales en 2025
Cuarenta años después, en 2025, las preocupaciones de los dueños de empresas han cambiado drásticamente. Las tres preguntas principales que se plantean ahora son:
¿Por qué estoy perdiendo dinero? ¿Dónde estoy perdiendo dinero ¿Qué se puede hacer para contener estas pérdidas?
Esta transición refleja un cambio fundamental en la dinámica empresarial, influenciada por la globalización, la tecnología, la volatilidad del mercado y una mayor competencia. A diferencia de 1985, cuando las empresas eran principalmente reactivas, los dueños de empresas de hoy se ven obligados a adoptar un enfoque proactivo para mantener la rentabilidad y la viabilidad a largo plazo. En lugar de simplemente informar sobre el desempeño financiero, los profesionales ahora deben analizar los riesgos financieros, identificar ineficiencias y desarrollar estrategias para mitigar las pérdidas antes de que se materialicen.
El papel de los profesionales financieros: ayer y hoy
Una de las principales distinciones en el entorno empresarial entre 1985 y 2025 es la evolución del papel de los profesionales financieros. En 1985, los contables y auditores eran los principales responsables de verificar los registros financieros y garantizar el cumplimiento de las normas fiscales. Sus intervenciones eran retrospectivas y se ocupaban de los datos financieros una vez que las transacciones ya se habían realizado.
En cambio, en 2025, la importancia del análisis de riesgos y la auditoría de eficiencia ha crecido significativamente. Los propietarios de empresas a menudo no saben que:
Los contables y auditores intervienen después de los hechos, principalmente para evaluar el desempeño pasado y garantizar el cumplimiento.
Los analistas de riesgos detectan y mitigan de forma proactiva las posibles amenazas financieras antes de que se produzcan, lo que mejora la salud financiera general y la sostenibilidad.
La necesidad de auditorías de riesgo y eficiencia con las complejidades cambiantes de los negocios modernos, las auditorías de riesgo y eficiencia se han convertido en herramientas esenciales para las empresas que buscan mantener la estabilidad financiera. Estas auditorías ayudan a las empresas a:
Identificar ineficiencias que contribuyen a las pérdidas financieras.
Desarrollar estrategias para mejorar la relación costo-beneficio y el desempeño operativo.
Implementar controles para mitigar los riesgos antes de que se conviertan en dificultades financieras significativas.
A diferencia de las auditorías contables tradicionales, que se centran en el desempeño financiero pasado, los profesionales de riesgo apuntan a las pérdidas corporativas en tiempo real y prospectivas. Sus recomendaciones están diseñadas para optimizar los procesos comerciales, salvaguardar los recursos financieros y garantizar la sostenibilidad a largo plazo.
Conclusión
La evolución de 1985 a 2025 en el panorama empresarial subraya la creciente importancia de la gestión financiera proactiva. Si bien las preocupaciones pasadas giraban en torno a comprender el desempeño financiero después del hecho, el clima empresarial actual exige estrategias preventivas para detectar, contener y prevenir pérdidas financieras. La experiencia de los analistas de riesgo se ha convertido en un activo fundamental para abordar los desafíos comerciales modernos, lo que refuerza la necesidad de auditorías de riesgo y eficiencia para las empresas que buscan adaptarse y prosperar en un entorno económico que cambia rápidamente.