Philipsburg, St. Maarten – COCI ha considerado que el impuesto propuesto podría desincentivar tanto el emprendimiento local como la tan necesaria inversión extranjera directa (IED). Las empresas ya se enfrentan a una de las tasas impositivas corporativas más altas de la región, del 34,5%, y una retención adicional de dividendos erosionaría aún más el atractivo del país para los inversores. Además, a COCI le preocupa que el impuesto propuesto desincentive la reinversión de empresas locales y extranjeras. Esta preocupación surge especialmente porque la mayoría de las pymes locales reinvierten las ganancias obtenidas. En lo que respecta a los inversores extranjeros, creará una segunda capa de impuestos sobre las ganancias, lo que se traducirá en una doble imposición, lo que podría generar una posible fuga de capitales y disminuir la reinversión de inversores extranjeros en la economía local.
El riesgo se agrava aún más por el hecho de que, si no se establecen los acuerdos adecuados para evitar la imposición de impuestos en múltiples territorios, el impacto de estos impuestos tendrá un alcance aún mayor que el descrito aquí, desalentando definitivamente las inversiones.
COCI también plantea serias preocupaciones sobre la capacidad del actual sistema de administración tributaria para aplicar de manera eficaz y justa las nuevas medidas tributarias, citando las persistentes discrepancias administrativas entre la Inspección Tributaria y la Sindicatura, que ya han generado cargas indebidas para las empresas. COCI también considera las vulnerabilidades económicas más amplias que afectan a nuestra economía pequeña, abierta y dependiente de las importaciones. Estas incluyen la inestabilidad geopolítica persistente, el aumento de los precios del petróleo, un mercado laboral frágil, las altas tarifas de los servicios públicos, los incentivos limitados para la inversión y una base de contribuyentes ya de por sí limitada.
COCI advierte que el impuesto propuesto podría exacerbar las presiones existentes y provocar el cierre de empresas, con un impacto inmediato y definitivo en las arcas del país.
COCI ha expresado formalmente su seria preocupación al Ministro de Hacienda en relación con la propuesta de introducir una retención del 10% sobre dividendos a partir del 1ro de enero de 2026.
En la carta enviada al Ministro, el COCI enfatizó que, si bien la consolidación fiscal es importante, la introducción de impuestos adicionales en este momento crítico podría socavar la recuperación económica y el crecimiento. “Nuestro sector empresarial, compuesto principalmente por pequeñas y medianas empresas (pymes), aún lidia con las consecuencias de perturbaciones globales como la pandemia de COVID-19, los fenómenos climáticos y los desafíos constantes de un sistema tributario ya de por sí oneroso”, señaló el COCI.
En su comunicación, el COCI aboga por un enfoque integral y equilibrado para la reforma tributaria que promueva la inversión, tanto para inversores locales como extranjeros, la creación de empleo y el crecimiento sostenible a largo plazo, a la vez que aborda las necesidades fiscales mediante medidas más amplias destinadas a ampliar la base imponible y mejorar la eficiencia administrativa, en apoyo de las medidas de cumplimiento que se están llevando a cabo.
COCI no tiene conocimiento de ninguna consulta con las partes interesadas sobre este tema y, si se realizó, no se le escuchó para expresar una postura en nombre de la comunidad empresarial de St. Maarten afectada por este asunto. Cambios legislativos como este impuesto sin duda requieren que se escuche a las partes interesadas pertinentes.
La Cámara reafirmó su disposición a colaborar constructivamente con el gobierno para identificar soluciones alternativas que alineen la responsabilidad fiscal con los objetivos de desarrollo económico del país.