BONAIRE – La Organización de Derechos Humanos de Bonaire (BHRO), compuesta por James Finies y Davika Bissessar, hizo historia en la 78.ª sesión del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (CDESC) de la ONU en Ginebra. Por primera vez en la historia de las antiguas Antillas Neerlandesas, una organización de derechos humanos y ciudadanos de Bonaire intervinieron directamente en una revisión de la ONU sobre derechos humanos del Reino de los Países Bajos. Durante las audiencias celebradas los días 16 y 17 de septiembre de 2025, BHRO ofreció un testimonio contundente y presentó documentación que exponía la discriminación sistémica, la pobreza estructural, la exclusión cultural y la negación democrática que afectaban a los pueblos de Bonaire, Saba y St. Eustatius.
Davika Bissessar y James Finies, de BHRO, fueron la única voz del pueblo en la sala, frente a una delegación de aproximadamente 20 funcionarios, expertos y embajadores Neerlandeses, respaldados en tiempo real por todos los Ministerios Neerlandeses pertinentes que los asistían en línea desde Holanda. El Comité presionó al Estado Neerlandés sobre violaciones clave del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC), centrándose principalmente en asuntos holandeses. Sin embargo, con la intervención de BHRO, que presentó información al Comité como organización de Bonaire, centrándose especialmente en los derechos a la autodeterminación (Artículo 1), la no discriminación (Artículo 2) y los derechos a un nivel de vida adecuado, la atención médica, la educación y la participación cultural.
La delegación Neerlandesa se vio sorprendida por la presencia e intervención de BHRO, ya que nunca antes se había producido una participación de las islas BES, especialmente de Bonaire, en una sesión de un órgano de tratados de la ONU. El momento se tornó histórico e innovador cuando la presidenta del Comité, la embajadora Preeti Saran de la India, planteó una pregunta directa al embajador de la delegación neerlandesa, basándose en la presentación escrita de BHRO: “…una preocupación que se nos ha planteado. Se le han planteado varias preguntas sobre el Caribe Neerlandés. Desde Bonaire, tenemos esta aparente imposición de leyes y políticas sanitarias, como la legalización de la eutanasia, etc., sin adaptación cultural, consulta ni consentimiento comunitario, lo que viola sus creencias religiosas y culturales y, por supuesto, su derecho a la autodeterminación. Además, como saben, se tiene una alta estima por los estándares de salud mental y los estándares de salud en general.
Solo quería saber si el Estado Parte garantiza que sus leyes y prácticas sanitarias sean culturalmente apropiadas y respeten la libertad cultural y religiosa de las islas del Caribe Neerlandés. Gracias. (https://www.youtube.com/watch?v=fsbEx6p7OX8)
La pregunta dejó atónita a la delegación Neerlandesa. A pesar de un receso de 10 minutos y el apoyo en línea de los Ministerios en La Haya, los representantes Neerlandeses no pudieron responder, lo que marcó un inusual momento de silencio y una visible confusión en una presentación estatal Neerlandesa, por lo demás estrictamente controlada.
Este momento histórico representa un gran avance para el pueblo de Bonaire. Durante casi dos décadas, han luchado por el reconocimiento de sus derechos bajo el derecho internacional. Por primera vez, su voz se escuchó —directa, veraz y valientemente— en el escenario mundial. La intervención de BHRO ayudó a exponer la continua imposición de políticas y leyes por parte del gobierno neerlandés sin el consentimiento, la consulta ni la consideración cultural local, violaciones que durante mucho tiempo han permanecido impunes.
Esto representa no solo una victoria para BHRO, sino un importante avance para la dignidad, los derechos democráticos y la supervivencia cultural del pueblo de Bonaire y del Caribe Neerlandés en general.
















