PHILIPSBURG, Sint Maarten – La prisión de Pointe Blanche ha sido noticia recientemente debido a una serie de incidentes preocupantes, incluidas agresiones y una grave escasez de personal. Estas cuestiones resaltan la necesidad urgente de reformas integrales para abordar los desafíos que enfrentan tanto los guardias penitenciarios como los reclusos.
Durante años, los guardias penitenciarios han expresado su preocupación por la escasez de personal inadecuado, que compromete la seguridad en las instalaciones. El persistente ausentismo de los guardias exacerba esta escasez, lo que genera personal sobrecargado de trabajo y subestimado.
En algunos casos, los guardias son transferidos a otros departamentos dentro del Ministerio de Justicia, pero permanecen en el presupuesto de la prisión, lo que añade presión a los recursos financieros. Esta discrepancia presupuestaria debe corregirse para garantizar que los fondos se asignen a los guardias activos y facilitar la contratación de personal adicional. Otro tema relacionado con el presupuesto es el pago de horas extras.
Actualmente, las horas extras tienen un límite de cuarenta horas por mes, y los guardias que trabajan más allá de este límite no reciben compensación inmediata. Además, a algunos guardias no se les paga de acuerdo con sus funciones actuales y sus salarios permanecen sin cambios a pesar de las nuevas funciones y responsabilidades. Abordar estas discrepancias salariales es crucial para mejorar la moral.
Al reconocer los riesgos diarios que enfrentan los guardias penitenciarios, es imperativo que reciban capacitación constante y mejores salarios para garantizar que estén bien equipados y motivados para trabajar. En particular, una promoción de guardias penitenciarios no ha prestado juramento desde 2019. No debería haber más demoras en este proceso. Es necesaria una acción inmediata por parte del actual Ministro de Justicia para llenar los vacíos y resolver esta cuestión.
Los reclusos de Pointe Blanche también han expresado importantes preocupaciones. Los servicios básicos, como las lavadoras, han estado fuera de servicio durante períodos prolongados y no hay un cronograma para sus reparaciones. También se enfrentan a las plagas de insectos y a la falta de una enfermera disponible para el turno de noche en caso de emergencia.
Los reclusos no están seguros del cálculo de sus fechas de liberación y han expresado interés en los programas de rehabilitación. Los programas de rehabilitación son vitales para reducir la reincidencia, aumentar la autoestima de los reclusos y ayudar a su reintegración en la sociedad. Un programa integral de reintegración brindaría el apoyo y la asistencia necesaria para los reclusos que regresan a sus comunidades una vez liberados. Abordar estas preocupaciones debería ser una prioridad para el Ministerio de Justicia para frenar la delincuencia en la isla y reducir la reincidencia.
El reciente ataque a un recluso el 26 de mayo pone de relieve graves fallos de seguridad dentro de la prisión. Los atacantes accedieron a una zona de aislamiento a través de múltiples puertas que deberían haber estado cerradas con llave, lo que generó sospechas de corrupción interna. Dado que los atacantes siguen sin identificarse, esto pone de relieve la necesidad de reforzar las medidas de seguridad.
También parece haber una desconexión entre la dirección y los guardias penitenciarios, dentro de la propia dirección y entre los guardias. La falta de confidencialidad, transparencia y cohesión obstaculiza la comunicación y colaboración efectivas, lo que contribuye a un ambiente de trabajo disfuncional.
El Ministro de Justicia, Lyndon Lewis, ha reconocido la presencia de corrupción dentro de la prisión y ha expresado su compromiso de erradicarla. No sólo hay que reconocer la corrupción, sino tomar medidas inmediatas para eliminarla. Aumentar el número de guardias de servicio mejoraría la vigilancia y la seguridad, lo que reduciría la probabilidad de que se produjeran incidentes de este tipo.
Además, mejorar el sistema de seguridad de la prisión, que incluye la instalación y el mantenimiento de cámaras funcionales y la mejora de la iluminación, es crucial para prevenir la violencia y la corrupción.
Las condiciones en la prisión de Pointe Blanche exigen reformas inmediatas e integrales. Abordar la escasez de personal, garantiza una capacitación oportuna y una compensación adecuada para los guardias y mejora el bienestar de los reclusos mediante mejores instalaciones y programas de rehabilitación que son pasos esenciales. Fortalecer las medidas de seguridad y erradicar la corrupción dentro de la instalación creará un entorno más seguro y humano tanto para los guardias como para los reclusos. Estos puntos representan sólo algunos de los muchos problemas que enfrentan tanto los guardias penitenciarios como los reclusos. Para fomentar un entorno de trabajo más propicio, los guardias penitenciarios deben unirse y presentar sus preocupaciones a la dirección. Si estos esfuerzos no conducen a resoluciones, el siguiente paso es intensificar las quejas al Ministro de Justicia. La seguridad y el bienestar de los guardias penitenciarios son primordiales en el desempeño de sus funciones. Es responsabilidad del gobierno de Sint Maarten conservar los derechos humanos, la seguridad y el bienestar a los reclusos que han cometido delitos
Dar prioridad a estas reformas conducirá a un centro penitenciario más eficaz, lo que beneficiará a toda la comunidad.
rosalinda martina