Willemstad/Philipsburg – El sector turístico es actualmente el principal pilar económico tanto en Curaçao como en Sint Maarten, no sólo en términos de contribución directa e indirecta al PIB y al empleo, sino también en términos de ingresos de divisas. Sin embargo, una preocupación frecuentemente mencionada con respecto a las economías turísticas altamente dependientes es su vulnerabilidad a las crisis. El colapso de la industria del turismo y los viajes a raíz de la pandemia de COVID-19 ha intensificado esta preocupación.
“Tener una economía más diversificada en la que el sector turístico se complemente con otros sectores como motores clave del crecimiento haría que Curaçao y Sint Maarten fueran menos susceptibles a las crisis”, según el presidente del Centrale Bank van Curaçao en Sint Maarten (CBCS), Richard Doornbosch, en el Boletín Económico de junio de 2024. “Sin embargo, la realidad es que a menudo pasa tiempo antes de que los esfuerzos por desarrollar un nuevo sector den frutos. Por lo tanto, mientras trabajamos para ampliar nuestra base económica, es crucial centrarnos en la resiliencia del sector turístico, que actualmente es nuestro pilar económico”.
Vulnerabilidad a las crisis
Sint Maarten ha sido tradicionalmente una economía dependiente del turismo, mientras que Curaçao se ha vuelto más dependiente del turismo en las últimas dos décadas a medida que la contribución de pilares económicos clave anteriores, como los sectores de refinación y servicios financieros internacionales, se ha desvanecido gradualmente. “Una comparación de alto nivel entre las economías dependientes del turismo en el Caribe, incluidas Curaçao y Sint Maarten, muestra que un alto grado de especialización turística no parece y se correlacionan con un menor desempeño económico. Sin embargo, las economías altamente dependientes del turismo parecen enfrentarse a un mayor grado de volatilidad económica debido a una mayor exposición a las crisis”, explicó Doornbosch.
Estos shocks son inherentemente difíciles de predecir y controlar. “Aunque tal vez no sean de la misma magnitud que la pandemia de COVID-19, varias otras crisis podrían afectar al sector turístico a corto y medio plazo”, advirtió Doornbosch. “Estos shocks incluyen mayores presiones inflacionarias que frenan el poder adquisitivo de los consumidores y provocan una disminución del gasto discrecional en, por ejemplo, restaurantes, hoteles y otros servicios relacionados con el turismo. Además, un aumento en los precios internacionales del petróleo que aumente el costo del transporte y las interrupciones en la cadena de suministro que afecten la disponibilidad de materiales, retrasando a su vez la construcción de infraestructura relacionada con el turismo, podrían afectar a la industria. Finalmente, la ocurrencia de desastres naturales más frecuentes y severos debido al cambio climático también podría tener efectos devastadores en el sector turístico”.